El lenguaje
El lenguaje como sistema de
representación
¿Cómo damos a conocer nuestras ideas, emociones o necesidades para que otra persona las entienda?
A través del
lenguaje.
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n la vida cotidiana empleamos el lenguaje. Incluso ahora mismo, al
leer este texto, estás utilizando tu capacidad intelectual y tu potencial
lingüístico. Pero, caramba, ¿de qué estamos hablando?:
- ¿Qué es el lenguaje?
- ¿Cómo funciona?
- ¿Cómo está constituido?
Veamos lo que dice al respecto el profesor estadounidense Kenneth
Goodman:
¿Qué haríamos sin el lenguaje? Sin duda, aún podríamos considerarnos
inteligentes, pero nos sentiríamos tremendamente frustrados. El lenguaje
nos habilita para compartir nuestras
experiencias, para aprender unos de otros, para proyectar en común y para
enriquecer enormemente nuestro intelecto, puesto que nos permite vincular
nuestras mentes con las de otros seres humanos.
Sólo los seres humanos podemos pensar simbólicamente, esto es, qué
sistemas de símbolos arbitrarios representen nuestros pensamientos y a través
de ellos nuestras experiencias, sentimientos, emociones y necesidades.
Esto es lo que hace posible el lenguaje humano.
Experimentamos también una intensa necesidad de interactuar socialmente.
Esto es lo que hace necesario el lenguaje humano.
Estos tres párrafos explican que el
lenguaje es una herramienta empleada por el hombre.
QUÉ ES Y CÓMO FUNCIONA EL LENGUAJE
El texto anterior nos
dice, también, para qué se usa el lenguaje, y nos ha dejado entrever en qué
consiste, pero todavía nos falta saber cómo funciona, cómo entendemos y cómo
nos hacemos entender.
- ¿Cómo hace un
niño para indicar que quiere su comida sin señalar directamente al objeto
ausente? Lo sustituye por una palabra, por ejemplo “papa”.
- La mente humana
realiza constantemente esta misma operación: suplanta las cosas, por signos;
esto es, por representaciones.
La mente opera produciendo signos,
representaciones de hechos, de eventos, de objetos que pueden ser reales (del
mundo físico) o imaginarios (de la fantasía, de la creatividad, de mundos
posibles). La comunicación se hace posible gracias a estos signos compartidos.
Este proceso de representar la realidad
(o la irrealidad) para darle significado dentro de un sistema de asociaciones,
es lo que en sentido amplio se entiende por lenguaje.
Siempre hay un signo que está en lugar del objeto (del animal, de la
persona, del evento, del proceso) al que se refiere.
El lenguaje es un mecanismo que suplanta objetos por signos (pueden ser gestos,
dibujos, sonidos, colores, etc.) para llevar a cabo actos comunicativos y de pensamiento.
Esta sustitución o reemplazo recibe en los estudios lingüísticos el
nombre de representación. Aunque parezca obvio, es importante recordar
que los signos no son las cosas mismas.
Así lo expresa poéticamente la escritora argentina Alejandra Pizarnik:
No. Las palabras no hacen el amor.
Hacen la ausencia:
¿Si digo agua, beberé?
¿Si digo pan, comeré?
Estos versos se refieren a la esencia del lenguaje: éste sustituye, está
en lugar de la cosa, de la idea, pero no es la cosa ni la idea misma. Esta
diferencia se hace bastante difusa en el mundo contemporáneo, en el que las
representaciones nos inundan casi más que las cosas representadas.
Los políticos y los publicistas, por ejemplo, a menudo tienen recursos sofisticados
para hacer que su público se satisfaga con signos de paz o signos de felicidad
sin necesariamente obtener las cosas mismas a las que dichos signos remiten.
- Un
presidente y un jefe de gobierno que se estrechan en un abrazo.
- El desodorante
como símbolo de éxito con personas del sexo opuesto.
Estamos, pues, sumergidos en un mundo de signos que necesitamos
interpretar cada vez con mayor criterio si no queremos ser manipulados por
ellos.
UN MUNDO DE SIGNOS
Los seres humanos estamos rodeados de signos. Estamos “abarrotados” de
avisos publicitarios, informes económicos, cartas, solicitudes, instrucciones,
facturas, ensayos, explicaciones científicas, canciones, y muchos otros grupos de signos que influyen sobre
nuestra percepción de la realidad.
Cada uno de los casos anteriores, a su vez, está compuesto por un
conjunto de elementos diferentes: palabras, ilustraciones, cuadros, números,
sonidos, etc. Así, proliferan los
mensajes orales, señas, letreros con ilustraciones y palabras escritas, obras
de arte, por citar algunos ejemplos.
DEFINICIÓN
Se entiende por signo la asociación entre un estímulo y un
contenido: vemos el semáforo en rojo (estímulo) y sabemos que hay que detenerse
(contenido). El signo es, por consiguiente, un evento percibido a través de los
sentidos que nos da información distinta de lo que es en sí mismo.
Clasificación de los signos
Según su intención comunicativa, los signos se clasifican en:
1.
primarios
2.
secundarios
3.
naturales
1.1. Los signos creados por los seres humanos con la intención de decir,
informar, advertir o elaborar mensajes de un modo directo se denominan signos
primarios. Las palabras habladas, que cobran sentido sólo dentro de las
reglas gramaticales de una lengua, y las señales de humo, que siguen un sistema
específico que las codifica son ejemplos de ellos.
2.
El desagradable sabor a vencido, el olor
a podrido, el humo en un incendio o las nubes y sus colores y formas son
aspectos de la naturaleza que son interpretados por las personas como señales
de algo y que consideramos signos naturales. No son
signos primarios porque no fueron creados por la sociedad con la intención
de comunicar, aunque el ser humano les asigne un significado.
3. Los objetos creados por el ser humano sin la intención directa de
establecer comunicación, tales como la vestimenta, las viviendas, los
perfumes, los automóviles, los consideramos signos secundarios. Sin
embargo, estos objetos comunican o indican algo de quien
los usa, de quien los usa, de quien los elabora, de la cultura que los emplea.
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