Diversidad cultural: etnocentrismo, etnocidio, exotismo
El tratamiento de la diversidad
cultural
Lo que puede ocurrir
cuando las culturas se contactan
El intercambio de
culturas diferentes fue y sigue siendo constante en la historia de la
humanidad. Este contacto se da por medio del comercio, de los viajes y también
de las guerras y las conquistas.
En la Antigüedad y en
la Edad Media era muy pocas las personas que viajaban y contaban cómo eran las
otras culturas. A medida que los medios de transporte y de comunicación
evolucionaron, el contacto fue más frecuente y común. Actualmente, los medios
de comunicación nos permiten conocer a personas y grupos muy distintos a
nosotros y vincularnos con ellos con gran facilidad.
En algunos casos
-como las invasiones o las situaciones de gran dependencia económica- se produce
el dominio de una cultura sobre otra. Y, en general, el grupo que domina obliga
al dominado a abandonar su cultura.
Otro caso es el que
se da en la actualidad con la globalización. Hoy, jóvenes de diferentes lugares
del mundo escuchan la misma música: esto es sólo un ejemplo que muestra la
formación de una cultura global que, a veces, es más fuerte que la identidad
tradicional de cada sociedad.
Sin embargo, la globalización también ha
producido el efecto contrario: muchas costumbres y manifestaciones culturales
que parecían perdidas se han fortalecido y difundido.
Por otro lado, el hambre, la guerra, la intolerancia a los diferentes por cuestiones raciales, políticas o religiosas ha provocado que las personas se vayan de sus países. Migrantes y refugiados -que no son la misma cosa- han provocado el acercamiento de culturas, tal cual explica Iván Petrella en Cuidar la diversidad cultural.
La diversidad
Una de las
características de América latina es su diversidad cultural. ¿Esto es un
problema? De ninguna manera. Muchos consideran que en una sociedad donde
conviven y se mezclan culturas, las personas son más creativas, tienen mayor
riqueza de conocimientos, aprenden a ver las cosas desde varios puntos de vista
y a pensar mejor sobre ellas.
Sin embargo, no
siempre se valora y respeta la diversidad.
Muchas veces eso ocurre porque no conocemos suficientemente nuestra
cultura ni la de los demás.
Discriminación racial
La discriminación
racial ocurre cuando un miembro de un grupo es objeto de trato distinto o
desigual (justamente, es discriminado) en diferentes situaciones por su
aspecto, por ejemplo: en la búsqueda de empleo, en el acceso a la educación, el
crédito para una vivienda o la posibilidad de vivir en determinado barrio, el
acceso a lugares de recreación, el permiso para emitir su voto, la conducta
inadecuada de parte de la Policía.
Racismo
Llamamos
racismo a las diferenciaciones, valoraciones e inferencias basadas en aspectos raciales (físicos y
biológicos).
Apartheid
El apartheid ha sido
considerado uno de los ejemplos más extremos de racismo. La palabra apartheid significa
segregación. Fue un sistema de separación entre razas que funcionó en Sudáfrica
entre 1948 y 1991.
El caso del apartheid
ilustra dramáticamente las siguientes cuestiones: el contexto colonial, los
criterios de clasificación de razas y el uso de estas clasificaciones
para justificar el despojo de las tierras y riquezas y la marginación de gran
parte de la población. Este caso nos muestra, además, a un pueblo que resistió
y se opuso activamente a la injusticia y la discriminación.
Los seres humanos
también diferenciamos a nuestros semejantes por costumbres, rasgos físicos,
lengua, lugar de origen... Para ciertas personas, algunas de estas
diferenciaciones adquieren valor y, en ocasiones, esas valoraciones pueden
usarse para justificar acciones violentas sobre un grupo en particular.
Etnocentrismo
Las diferenciaciones e inferencias realizadas desde los aspectos
sociales y culturales las llamamos
etnocentrismo. El etnocentrismo es una actitud por la que se considera
que la propia sociedad y la propia cultura son superiores a otras.
Si analizamos la palabra “etnocentrismo” vemos que tiene dos partes: etno-, etnia, que
significa pueblo, nación, cultura y centrismo, que alude a centro. Es decir,
considerar que la propia etnia o cultura es la central.
Podríamos
decir que hay distintas formas de etnocentrismo. Suele suceder que las personas
creemos que nuestra forma de ser y vivir es la adecuada, la correcta.
Etnocidio
El etnocidio,
concepto relacionado con el de genocidio, implica la aniquilación o muerte de
culturas. Puede estar o no acompañado por el genocidio. Por ejemplo: la
conquista y colonización de América fue un etnocidio, ya que produjo la
desaparición de numerosas culturas.
Por ejemplo los
wichís (matacos) en Formosa o los tobas en Chaco. El problema más grande no es
la falta de agua, sino el respeto que han perdido por ellos mismos. No hay
posibilidad de recuperar sus culturas por tantos años de avasallamiento.
Ministerio de
Educación. Núcleos de Aprendizajes Prioritarios.
Este tipo de etnocentrismo se nos cuela
cotidianamente: tendemos a mirar, distinguir y apreciar lo diferente, tratando
de encasillar y encuadrarlo en nuestros
propios modelos de vida. Esta actitud, que tal vez no podamos
evitar pero sí controlar, limita en alguna medida nuestra capacidad de
comprender.
Reflexionar sobre
estas actitudes amplía nuestra posibilidad de entender la realidad y las
personas en particular. Pero hay una forma de etnocentrismo que va mucho más
allá.
En el contexto de la
expansión colonial europea del mundo, la ideología que afirmaba que los otros
eran peores o inferiores llegó a formar parte, e incluso a justificar, ese
mismo proceso de expansión, conquista y sometimiento.
El exotismo es una actitud cultural de gusto por lo extranjero. El fenómeno se constata habitualmente
en la historia de las civilizaciones en expansión. Se conocen nuevos
territorios y culturas y el poder trae cierto espíritu de curiosidad, snob, hay
más tiempo libre, posibilidad de explorar, etc.
El exotismo es la
alusión a lo diferente, lo lejano y lo extranjero en una obra de arte, es
decir, no europeo, desde la perspectiva cultural occidental. Dicho concepto es
la respuesta a una actitud mental hacia lo fantástico, lo deslumbrador y lo
nuevo que contrasta con las imágenes preconcebidas a través de los viajes
reales y/o imaginarios a territorios lejanos.
La curiosidad de la
sociedad romana por las religiones de los márgenes de su imperio es un ejemplo: los romanos tenían una religión familiar o de los
antepasados (se observa en la película El Gladiador) pero el cristianismo era respetado.
Al observar la muerte
de Cristo en la cruz, el centurión romano afirmó: “verdaderamente este hombre
era el hijo de Dios”; otro centurión fue a pedir sanidad a Jesús. (Biblia)
Existía un respeto
por otras religiones, en tanto no hubiera cuestionamientos políticos. El
problema con el cristianismo es que decían que Cristo era el Kyrios <Señor) y
no el César.
Los períodos de
apertura de la historia de China a la cultura europea podrían ser muestras,
también, de exotismo.
De la mano de la Globalización
No obstante, esta
actitud se produjo con más amplitud y variedad en Occidente, con el proceso de
Globalización que va desde la era de los descubrimientos en el siglo XV al
comercio globalizado actual, pasando por el colonialismo.
Para la lengua
francesa, la llegada del grand
mamamouchi en El Burgués gentilhombre de Molière (1670) es un signo anunciador, la traducción de Las mil y una noches por Antoine
Galland (1704) la confirmación, que
continúan las Cartas persas de Montesquieu (1721).
Desde entonces, el
fenómeno continúa por las artes plásticas, la música, la literatura, la
filosofía y, en general, en todas las expresiones culturales. Aunque la moda
del exotismo tenga altibajos, se demuestra que los consumidores occidentales
siempre han apreciado soñar con lo extranjero.
La conversión de Paul Gauguin
Un exotista
importante y arquetípico es el artista y escritor Paul Gauguin, cuyas
representaciones de los habitantes de las islas de Tahití y de sus paisajes
visuales fueron dirigidos a un público francés.
Gauguin rechaza la cultura
de Occidente y abandona la civilización en pro de los pueblos primitivos.
Rechaza lo académico, valora la máscara africana, el arte románico y todas
aquellas tendencias que estaban fuera de lo habitual.
Él valora este tipo
de arte no por lo que tiene de curioso y diferente, sino por su autenticidad.
Él, ante todo busca encontrarse a sí mismo. Al refugiarse en mundos diferentes,
encuentra la paz.
Su estilo se ha
incluido dentro del llamado "Sintetismo". En Pont-Aven se contacta
con Emile Bernard, que es el que lo
adentra en esta corriente filosófica, que implica un cambio radical con
respecto al Impresionismo. Bernard le
hace partícipe en el uso del color. Apuestan por las áreas planas y sin matizar,
también le dan importancia a los contornos marcándolos.
Lo que hay que pintar
es la idea que elabora el pintor después de su experiencia concreta. El filtro
de la memoria que quita lo superfluo y retiene la esencia, así se consigue la
síntesis de forma y color. Prima la imagen basada en el recuerdo. Gauguin
contactó con su compatriota, el pintor Louis
Anquetin, amante de los monocromos y
unificador del color; también se vio influido por él.
Mientras el exotismo
está estrechamente relacionado con el orientalismo, no es un movimiento
necesariamente asociado a un determinado período de tiempo o cultura.
No el contenido sino la relación
Al hablar de lo
exótico y cómo los viajeros y los lectores exploraban los lugares más remotos
de la tierra ya sea físicamente o literariamente, el lúcido filósofo y escritor búlgaro-francés Tzvetan Todorov en su estudio
"Nosotros y los otros” (1992-2017), explica que lo que se interpreta a
través de la literatura exotista no es un contenido estable, sino la relación
que establece el sujeto-observador con el territorio y la cultura que describe.
El ideal exótico se
halla en las naciones y las culturas desconocidas y especialmente las lejanas.
El juicio del escritor y del lector exotista son sus experiencias de los
valores culturales y tradicionales que estimulan la curiosidad y la observación
hacia esa sociedad. Esto permite a ambos reflexionar sobre lo desconocido y
presentarlo como exótico.
El exotismo surgió
como una necesidad de éxodo desde la primera mitad del siglo 19 hasta el fin de
siglo. Litvak explica que el exotismo
representaba "una rebeldía del hombre de fin de siglo para conformarse con
la Europa moderna en la que no puede ni quiere integrarse".
Relatos y crónicas
El género que
transcribe la inspiración exótica y refleja la búsqueda de lo fantástico, lo
asombroso del Lejano Oriente son los relatos y las crónicas de viaje.
El vehículo por
excelencia por el cual los modernistas exploraron el exotismo oriental y
asiático fueron las crónicas de viajes. Dicho progreso fue inicialmente
presentado en los escritos de José Martí quien fue uno de
los primeros escritores en contemplar y asociar el proceso de modernización del
Japón junto al de Hispanoamérica.
Además de los
escritos de Martí, las crónicas y la
poesía de Julián del Casal, la poesía
de José Asunción Silva y los cuentos
de Rubén Darío fueron los que destacaron
y expandieron las construcciones, las representaciones y las interpretaciones
de los espacios concebidos, los sujetos y los objetos orientales en sus
escrituras.
Muchas de las
descripciones de los paisajes naturales y culturales junto a las
representaciones de objetos y las sensaciones orientales descritas por estos
escritores, se basaron en las lecturas y en inspiraciones de textos literarios,
históricos y artísticos.
José Martí, por su lado, construyó un Asia fuera del contexto geográfico asiático
en sus Escenas norteamericanas.
El conocimiento de Martí proviene de
su experiencia directa y del contacto con la cultura china emigrada a Nueva
York.
La atracción por el
mundo oriental en los modernistas hispanoamericanos se debe en gran parte a la
publicación de Las mil y una noches
y a la influencia de la literatura francesa en Hispanoamérica: las crónicas de Theophile
Gautier, Catulle Mendés y Pierre Loti, entre otros.
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